El Burkini ¿Qué hay tras la polémica?

El 23 de agosto de 2016, una mujer fue obligada a quitarse su burkini en una playa de Niza (Francia) bajo la presión de varios policías. Todo ocurrió en el Paseo de Los Ingleses de esa localidad, el lugar donde en julio de ese mismo año perdieron la vida 84 personas en un atentado.

Otras localidades francesas como Cannes, Villeneuve Loubet, Mandelieu, Saint Jean Cap Ferrat, Beaulieu sur Mer, Eze, Villefranche y Cap d'Ail, Sisco, Le Touquet, Oye Plage, y Leucate se unieron a la prohibición del burkini (si bien el Consejo de Estado Francés actuó y derogó la prohibición), mientras que países como Alemania, Holanda, Italia, o Noruega, no solamente no lo prohíben, sino que se posicionan a favor de su empleo, con destacados respaldos como el caso de Francia, cuya Ministra de Deportes, destacó ante el Parlamento de ese país que gracias a esta prenda, las mujeres musulmanas pueden nadar en instalaciones públicas.

En España es una cuestión que no ha contado con posicionamiento claro por parte del Gobierno, donde muchas ordenanzas municipales tan sólo indican que es obligatorio el uso de bañador o traje de baño, destacando el caso que trascendió a los medios de comunicación: varios parques acuáticos en Girona, que sí se posicionaron prohibiendo el uso del burkini.

Para muchas personas esta medida, la de obligar a quitarse el burkini a las mujeres que con él acceden a la playa, estaba justificada por interpretar que esta prenda era un signo yihadista, y por tanto, de peligro; para otras, supuso entrar en contacto con una situación social en la que se excluye con suma facilidad por la cultura, la religión, la raza, o el país de origen. Desde otra perspectiva también se señala otra realidad de exclusión la que alude a la cuestión de género y la tradición patriarcal, donde la mujer sigue siendo objetivo preferente de control sobre su cuerpo, decisiones y expresividad.

Con respecto a esta temática hemos querido realizar un vídeo-reflexión con la plataforma videoscribe. Esperamos incentivar con ello el pensamiento crítico y tal vez dar respuesta a las siguientes preguntas: ¿De dónde viene esta prohibición? ¿Cuáles son sus reflejos y consecuencias? ¿Religión, cultura, terrorismo, pensamientos colonialistas, islamofobia? 

A pesar de lo que pueda argumentarse, como afirma Brigitte Vasallo: “los procesos de lucha contra el burka siempre vienen promovidos por grupos políticos que nunca se han posicionado a favor de los derechos de las mujeres”

Ni la rigurosidad de las obligaciones religiosas ni las normativas acerca de la decencia o la moral son válidas ni coherentes ya que inciden de forma especialmente dañina en la potestad de las mujeres para decidir, libremente, cómo quieren vestir. la polémica por el uso del burkini es claramente un debate interesado, mediatizado, excluyente y machista, que nos recuerda que la sociedad actual sigue padeciendo del mal histórico que atenaza a millones de personas: el patriarcado.

“Hace décadas que valientes mujeres feministas en Siria, Afganistán, Marruecos, Pakistán, Argelia, Túnez, Líbano o Egipto comenzaron a denunciar el avance del integrismo. Ni en Europa ni en sus propias sociedades tuvieron éxito. De las calles de Marruecos, Irak o Egipto, comenzaron a desaparecer las mujeres en minifalda y las melenas. Ahora, la guerra ha llegado al corazón de Europa y es más fácil violentar a las mujeres que defender la libertad y la igualdad. Los argumentos no son válidos según dónde se utilicen y a qué enemigo se enfrenten. Quienes estén dispuestos a defender la plena ciudadanía de las mujeres, tienen que hacerlo en todos los escenarios, en todos los territorios y ante todos los poderes. Lo contrario es la farsa en la que vivimos” Carmen Montón Giménez

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