miércoles, 26 de octubre de 2016

Tomás Moro


Antes de emitir ningún juicio sobre él creo que lo primero es saber ¿quién fue? Pues bien, Tomás Moro fue un político y humanista inglés (Thomas More) que nació en 1478 en Londres y murió en 1535 también en el mismo lugar. Procedía de una familia acomodada de la pequeña nobleza; comenzó sus estudios con el cardenal Canterbury, con quién profundizó en la teología, pero será en Oxford donde completará su formación intelectual y académica, la cuál orientará a estudiar los clásicos. Pero debido a los deseos de su padre se vio obligado a ejercer como jurista y magistrado en Londres. Esta experiencia y la relación que estableció con algunos humanistas, entre los más importantes Erasmo de Rotterdam, le hizo reflexionar sobre la injusticia en el mundo. Este interés por las reflexiones políticas y morales se ve reflejado en sus obras, la más importante “Utopía”. En ella criticó el orden político, social y religioso establecido; nos propone imaginar una comunidad perfecta para darnos cuenta de las propias imperfecciones; su obra está influenciada por los ideales del humanismo, al igual que por los pensadores clásicos, pero teniendo en cuenta las condiciones históricas de su tiempo, son rasgos perfectamente visibles en su lectura.
Todo esto lo acompañó a su vez con una participación activa en la vida política de su tiempo. Una de sus primeras actuaciones políticas fue ingresar en el Parlamento en 1504, pero quiso disminuir la asignación del rey Enrique VII, esto enfureció al afectado quién en venganza encerró a su padre, en consecuencia se retiró de la política por el momento.
A la muerte del rey, regresó y le nombraron representante de la Corona en Londres; durante la siguiente década, Moro atrajo la atención del rey Enrique VIII, le granjeó cargos de importancia como: embajador en los Países Bajos (1515), miembro del Consejo Privado (1517), portavoz de la Cámara de los Comunes (1523) y canciller desde 1529 (fue el primer laico que ocupó este puesto político en Inglaterra). Sin embargo, acabó rompiendo con Enrique VIII por razones de conciencia, pues era un católico ferviente que incluso había pensado en hacerse monje. Moro declaró su oposición a Enrique y dimitió como canciller cuando el rey quiso anular su matrimonio con Catalina de Aragón, rompió las relaciones con el Papado, se apropió de los bienes de los monasterios y exigió al clero inglés un sometimiento total a su autoridad (1532). Su negativa a reconocer como legítimo el subsiguiente matrimonio de Enrique VIII con Ana Bolena, prestando juramento a la Ley de Sucesión, hizo que el rey le encerrara en la Torre de Londres (1534) y le hiciera decapitar al año siguiente. La Iglesia católica le canonizó en 1935.




En definitiva creo que Tomás Moro es alguien digno de admirar, quién, incluso frente al peligro de muerte, mantuvo sus ideales aunque le costaran la vida. Además, tras su experiencia al lado de dos reyes diferentes, descubrió la ambición del hombre, que por más que ostenta nunca le es suficiente y siempre desea más, no se conforma nunca y ese es el camino de la infelicidad. Supo ver que no sirve de nada querer acaparar demasiado, si tan siquiera te das cuenta del valor que tiene lo que ya posees. Por lo que creo que su vida, tan llena de zancadillas y desgracias, tan terriblemente finalizada, es un gran ejemplo junto con su libro del enfoque que deberíamos darle a nuestras propias vidas para disfrutar al menos de ellas y ser felices.